miércoles, 30 de abril de 2014

EL DEPORTE COMO FENÓMENO DEL SOCIAL DEL SIGLO XX

México, 1968

La importancia del deporte moderno queda relativizada frente al empujo imparable del deporte de masas y del deporte para todos. Y es que el fenómeno deportivo configura un complejo entramado cultural perfectamente insertado en la cultura de masas de las sociedades contemporáneas, con la gran ventaja de su fácil penetración en el tejido social merced a una mediación comunicativa accesible a las grandes masas. En este sentido la cultura deportiva y las prácticas que la acompañan se han universalizado más allá de las nacionalidades, credo y singularidades culturales.

Los primeros caballeros ingleses deportistas en el sentido moderno del término, cultivaron el ideal de la práctica de varios deportes, el deporte se produjo a través de la especialización y de la creciente dedicación al dominio de una técnica deportiva concreta. Sin embargo, hay que destacar que en el deporte contemporáneo se observa a éste respecto dos tendencias contrapuestas: la continuada especialización del deporte de alta competición, por un lado, y la búsqueda de nuevos equilibrios personales mediante la práctica de varios deportes que enriquezcan las actividades de ocio y tiempo libre.

Íntimamente unida a las dimensiones de racionalización y especialización aparece la burocratización, como respuesta funcional a la creciente complejidad administrativa y de gestión de los clubes y de federaciones deportivas, así como de los organismos públicos relacionados con el deporte. Bien sea para atender las demandas de práctica deportiva de los amplios segmentos de población que hacen o consumen deporte, o para organizar la cada vez más numerosas y masivas competiciones deportivas, se necesitan complejas estructuras burocráticas sin las cuales no se podrían llevar a término tales actividades.
La combinación de la tendencia a la cuantificación y el deseo de mejora continua y de triunfo en una sociedad que todavía no ha establecido límite a estas tendencias, han conducido al concepto de record “que simboliza el valor intrínseco de una ejecución, y que trasciende al tiempo y al espacio concretos en que se realiza”. Se trata de un concepto que es igualmente aplicado al alto rendimiento deportivo como al comportamiento más modesto y cotidiano del deportista aficionado que se afana, con un mayor o menor éxito y dedicación, en mejorar su desempeño deportivo.
No resulta exagerado afirmar que, como consecuencia de las transformaciones que han experimentado las sociedades contemporáneas el deporte ha pasado a ser el modo de entretenimiento más conocido universalmente. Un deporte que, como fenómeno social contemporáneo, no es atribuible a ningún creador o inventor. Como acontece otros fenómenos sociales complejo, el deporte se ha ido configurando, como se ha descrito anteriormente, de un modo no planificado como respuesta a unas circunstancias históricas, las que hicieron posible el nacimiento y desarrollo de la sociedad urbana industrial, que determinaron a su vez el contexto socio cultural en el que evoluciono hasta expansionarse por todo el mundo, como ocurre en la actualidad.

De este modo, el deporte ha pasado a ser un fenómeno cultural total, pues configura y entreteje un actuar humano íntimamente unido a otras pautas culturales, de tal forma que resulta difícil acotar cuando empieza y cuando finaliza el comportamiento deportivo. Un tipo de comportamiento tan adaptado a las exigencias de la vida, que ha llegado a convertirse en una pauta de comportamiento cada vez más relevante en las sociedades modernas, incluso en aquellas que todavía no han alcanzado el desarrollo social, económico e industrial que caracteriza las sociedades más avanzadas.


Acotación                                                               


Mayumi A.: El deporte es el fenómeno social que se da en masas, este es incluyente ya que cualquier individuo puede practicarlo ya este sano o tenga alguna discapacidad física o mental. El deporte surgió desde hace siglos atrás, anteriormente se practicaba el deporte como una actividad cotidiana y entre esas actividades estaba la caza, la pezca, la carrera de caballos. Hoy en día el deporte como fenómeno provoca sentimientos de competencia, de alegría, de seguridad, de pasión, de entrega, de respeto y de convivencia promoviendo la paz, la unión de las diferentes naciones en otras palabras se podría decir que es un sentimiento compartido que se vive cuando la gente aficionada o practicante se une para verlo, practicarlo o vivirlo.

Enoch: El deporte como fenómeno también tiene sus aportes trascendientes como en la parte conductual ya que ayuda a ser una mejor persona, ser mas activa y ayuna a entender las cosas de otras maneras, se ven mas comunicación, unidad, disciplina y compañerismo.


EL DEPORTE MODERNO VINCULADO A LA SOCIEDAD INDUSTRIAL

El deporte moderno como producto sociocultural de la sociedad industrial, participa plenamente de las transformaciones que acompañan a los procesos de modernización. Con respecto a las actividades físico deportivas de épocas anteriores, el deporte moderno se caracteriza en especial por su secularismo, por ofrecer igualdad de oportunidades para competir en las condiciones de la competencia, por la especialización de roles, por la racionalización, por su organización burocrática y por la cuantificación y la búsqueda del record (Guttman, 1978, pp.15 y ss.). Se trata, como se ve, de rasgos comunes a los que presenta la sociedad industrial como no podía ser de otro modo, ya que las viejas actividades físico deportivas de las sociedades industriales se fueron transformando paulatinamente, al tiempo que lo hacía el conjunto de la sociedad, hasta convertirse en el complejo sistema deportivo de la sociedad de masas de la actualidad.

Para el historiador del deporte Carl Diem (1971), <<todos los ejercicios físicos fueron cultuales en sus orígenes>>. Y en efecto, los pueblos primitivos incorporaban frecuentemente a sus ceremonias y rituales religiosos concursos de carreras, saltos, lanzamiento de peso, lucha y hasta juegos de pelota. Los juegos olímpicos antiguos, los concursos de Olimpia y Delfos, eran fundamentalmente festivales sagrados y un importante aspecto de la vida religiosa de los antiguos helenos (Durantez, 1975), por más que el evidente culto que rendían al cuerpo los griegos y la admiración que sentían por la excelencia atlética, el culto a el héroe, al atleta vencedor, son los primeros atisbos en el mundo helénico de un cierto inicio de la secularización del deporte (García Ferrando, 1990).

Aunque durante largos siglos, tanto la iglesia católica como la protestante contemplaron con una cierta sospecha el culto a l cuerpo que suponían las competiciones deportivas, han acabado por aceptar la presencia del deporte moderno e incluso lo han promovido posteriormente por su vertiente de disciplina corporal el deporte moderno, pues, se han desvinculado de la religión y se encuentra plenamente integrado en la sociedad secular, por más que aún queden vestigios religiosos tales como la acción de gracias de los equipos vencedores a las imágenes religiosas veneradas localmente, la bendición de de nuevas instalaciones deportivas, o el acto de santiguarse o de arrodillarse que realizan algunos deportistas antes de iniciar una competición o al celebrar una victoria.


La característica igualitaria del deporte moderno, hay que entenderla en un doble sentido: como que cada ciudadano debe tener, al menos teóricamente, una oportunidad para practicar deporte, y como que las condiciones de la competición deportiva deben ser las mismas para todos los contendientes.

La especialización, la racionalización, la burocratización, la cuantificación y la búsqueda del record, son características del deporte moderno que se encuentran íntimamente entrelazadas, ya que son el reflejo de las correspondientes características de la sociedad industrial, con su énfasis en la racionalización social y económica, la división del trabajo, la centralidad de la ciencia y la tecnología, el auge de los medios de comunicación de masa y la universalización de los sistemas educativos formales. Es decir, como reflejo de la nueva civilización industrial.




lunes, 28 de abril de 2014

NACIMIENTO DEL DEPORTE MODERNO

El deporte Moderno nace en Inglaterra en el siglo XVIII, mediante un proceso de transformación de juegos y pasatiempos tradicionales en el que tuvieron un papel relevante las escuelas y clubes ingleses.
 
Thomas Arnold (1785 - 1842) pedagogo, director del Colegio de Rugby quiso fomentar la afición por los juegos reglamentados como método para desarrollar la solidaridad, la competitividad y el “juego limpio” entre sus alumnos. Pero dejando a un lado anécdotas circunstanciales el deporte tal y como hoy lo concebimos surgió y se consolidó en todo el mundo a finales del siglo XIX debido a fenómenos sociales, de clase, muy concretos.

En un principio, su forma moderna estaba asociada con la clase media y no necesariamente con la alta. En ocasiones, los jóvenes aristócratas podían intentar algún tipo de hazaña física, pero su especialidad era el ejercicio relacionado con la monta, muerte o ataque de animales o personas tales como la caza, el tiro al blanco, la pesca, las carreras de caballos, la esgrima y otros. De hecho, en el Reino Unido, la palabra deporte se reservaba originalmente para este tipo de actividades, mientras que los juegos y pruebas físicas que ahora llamamos deporte eran calificados como ‘pasatiempos’. Como de costumbre, la burguesía no solo adoptó sino que transformó formas de vida aristocráticas.”

“Los nuevos deportes llegaron también a la clase obrera, y ya antes de 1914 algunos de ellos eran practicados con entusiasmo por los trabajadores en el Reino Unido eran aproximadamente medio millón los que practicaban el fútbol y eran contemplados y seguidos con pasión por las multitudes.

Pierre de Coubertin se le conoce como el padre del movimiento Olímpico Modermo. Pierre comienza a soñar con unir en una extraordinaria competición a los deportistas de todo el mundo, bajo el signo de la unión y la hermandad, sin ánimo de lucro y sólo por el deseo de conseguir la gloria, competir por competir, como dice la frase de Ethelbert Talbot “Lo importante no es vencer, sino participar”, frase mal atribuida a Pierre de Coubertin. La idea de Coubertin parecía insensata y chocó con mucha incomprensión. 
Intentando convencer a todos, viajó por todo el mundo hablando de paz, comprensión entre los hombres y de unión, mezclándolo todo con la palabra Deporte. Al fin, en la última sesión del Congreso Internacional de Educación Física que se celebró en la Sorbona de París, el 26 de junio de 1894, se decide instituir los Juegos Olímpicos. 

En Inglaterra, esta idea no es bien recibida y la opinión pública decide quedar al margen. Alemania reaccionó intentando boicotear los juegos. Grecia se opone, y su jefe de gobierno, Tricoupis, quiso impedir su realización, pues aquel lío salía muy caro a su país. 

Coubertin consiguió que el príncipe heredero de Grecia, el Duque de Esparta, intercediera ante el káiser Guillermo, emperador de Alemania cuñado suyo, convenciendo a los ingleses y a su propio Gobierno. El príncipe consigue que se emita una serie de sellos conmemorativos para conseguir el dinero para los juegos. Además crea una suscripción pública con tan buenos resultados que consigue que Jorge Averof, un rico de Alejandría, corra con los gastos de la reconstrucción del estadio de Atenas. 

Entonces declaro abierto los Primeros Juegos Olímpicos Internacionales de Atena el cual su lema era "Lo esencial en la vida no es vencer, sino luchar bien" 

Este modesto principio sería el origen del movimiento olímpico moderno. Los Juegos Olímpicos se han celebrado, con las excepciones de la Primera Guerra Mundial y de la Segunda Guerra Mundial, durante todo el siglo XX y principios del siglo XXI, convirtiéndose en uno de los acontecimientos más populares del planeta.
Aportación Enoch y Mayumi 
gracias por su visita
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